Los dilemas éticos profesionales surgen en los trabajadores cuando se les presenta un conflicto entre dos normas éticas. Son casos en los que existe una dificultad para establecer cuál es la decisión “correcta”, porque cualquier acción posible implica violar un principio moral.
Para que exista un dilema ético, debe existir una situación en la cual es necesario tomar una decisión, basándose a su vez en tres principios:
Deben existir al menos dos decisiones posibles entre las cuales elegir.
Todas las opciones posibles implican actuar contra un principio ético. Por lo tanto es necesario sopesar cuál de esos principios es más importante o tiene un peso mayor.
En la mayoría de estos casos, la decisión apropiada suele ser aquella que permita mayores beneficios o menores perjuicios para los afectados.
Sin embargo, hay ocasiones en las cuales el dilema es más complejo, porque no existe una opción que beneficie a una mayoría. Inclusive, puede presentarse el dilema de beneficiar a una u otra persona.
En estos casos suele hablarse de “dilemas éticos perfectos”, porque no existe un factor que ayude a inclinar la balanza hacia una u otra opción.
Estos conflictos provocan parte de los problemas cotidianos de cualquier profesión. A pesar de que existen códigos de ética en todas las universidades y empresas, es inevitable que se presenten situaciones complejas que requieren un análisis especial.
Es aquí donde el individuo tiene que decidir entre:
Hacer lo que cree honesto, ético y correcto. (Y nosotros sugerimos que para saber qué es lo correcto, debemos pensar y ponernos en el lugar de la otra persona involucrada y pensar lo que te gustaría que hicieran, no ver la situación desde nosotros como el centro de ella, sino hacernos ajenos para tomar una decisión más racional).
Hacer aquello que me otorgue un beneficio extra o lo contrario, hacer que simplemente no me genere algún problema algo cuando ya me iba a surgir uno.
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